Hay días en los que tu ausencia se siente más
Días en los que las horas pasan despacio
porque tú ya no estás
una eternidad sin escucharte decir: “mi amor”
Hay días que tu ausencia es tan grande
La noche llega, el cielo se ilumina con la luna
Y tú no estás ahí…
El silencio, todo silencio y lo único que puedo escuchar
es la voz de mi corazón llamándote
y el llanto de mi alma que te extraña.
Hay días que tu ausencia duele más
soy feliz y quiero contarte
lloro y añoro que sea en tu hombro
crezco y quiero que celebres conmigo.
Vivo, como, sueño, logro y caigo
y me gustaría tomarte la mano para caminar juntos.
Duele a la distancia, duele en secreto
pero duele igual.
Hay días que tu ausencia suena a canción
esa canción, nuestra canción triste
la del inicio y la del final, la de siempre
la canción que jamás bailamos en la boda que jamás tuvimos.
La canción que nadie supo que era nuestra
porque era nuestra, porque la hicimos nuestra
esa que parecía fue escrita para nuestra historia
ésta historia que ya no será contada.
Hay días que tu ausencia me enoja
me enoja el pasado, me enoja el trayecto
y grito con coraje porque ya pasó,
y el presente es la consecuencia.
Me enoja habernos perdido
¡qué coraje! tanto amor guardado
para otra vida, para otro momento
para otra oportunidad.
Hay días que tu ausencia me inunda
me ahogo y siento que no puedo respirar
y es que yo nunca aprendí a nadar
ni siquiera sé flotar, ¡ni de muertita!
Me entra la ausencia a los pulmones,
y no me alcanza la voz para pedir ayuda
empiezo a patalear, busco desesperadamente una mano
busco tu mano, tu brazo,
entonces recuerdo que no, que ya no estás
solo está tu ausencia inundándolo todo.
Hay días que tu ausencia me paraliza
y no recuerdo cómo era mi vida antes de tenerte,
sólo sé cómo fue después de perderte
me pierdo ahí, en los recuerdos.
Cada recuerdo contigo me habita
mi piel te recuerda, mis ojos se cierran y te miran
mis labios aún saben a ti
mi cuerpo entero extraña tu calor.
Hay días que tu ausencia es silenciosa
y en la quietud parece imperceptible
en la calma todo vuelve a ser paz
en la soledad y a la distancia, nos abrazamos.
En el silencio escucho una voz
es la voz de éste mi amor bonito
ese amor que cada día intenta no esperar
porque uno muere de esperar
este amor que intenta sólo ser,
sin importar que no haya quien lo reciba.
Hay días que tu ausencia se escribe en verso
se conjuga en pasado, sin rima posible
y las lágrimas se vuelven palabras
intentando articularse, queriendo volverse poema.
Un poema permanente, un permanecer
a sabiendas que el verbo ser
no se volverá a conjugar en nosotros
porque nosotros, nosotros ya no seremos.